miércoles, 23 de septiembre de 2015

Réquiem para tu día de ayer



Hoy me han llovido tus versos entre los párpados, corroyendo las pestañas,
Y en los ponzoñosos charcos que se han formado en los baches de mi suelo,
he visto flotar la liviana solidez de las células calcificadas que forman tu ego.

Hoy las palabras que , esponjosas y encantadoras, salían alegremente de tu chistera

se han encarnado en los alfiles oscuros de un ridículo tablero de ajedrez
donde absolutamente todas las casillas han sido pintadas de negro abismo.

Hoy se ha evaporado el agua que licuaba el horizonte de tu cínico océano celeste,

el viento se lo ha quitado para  desvestirlo, dejando al descubierto las salinas de tu alma.
Que son solo colinas de amarga poesía cubierta con salitre y con restos de bilis de tus algas.

Hoy me ha tocado diseccionarte, mutilarte, bucearte y estudiar tus besos,

solo para darme cuenta de que aquellas pieles muertas que me entregaban tus labios
eran más bien virutas de tinta seca buscando empaparse de la humedad en mi saliva.

Hoy he podido recordar, de nuevo, la suave noche que era tu pelo tensándose;

aferrándose a mis dedos; tiranos de nada; voluntariosos esclavos de tu quimera
que ahora  se sienten estambres en la corona de una presuntuosa flor reseca y fea .

Hoy toca destrozar , con la vigorosa vehemencia del adolescente traicionado,

ese espejo que nunca me mostrabas , acorbardada por el temor de que  se  revelaran
esas vilezas y secretos contorneando tu retorcido reflejo, tatuado en el nitrato de plata.

Hoy puedo despojarme de toda esa culpabilidad que tan descaradamente me cargabas.

Porque ,hoy tú, por fin has dicho la verdad sin más pretensión que intentar defecarla.
Y será eterno el hedor de ese dramático veneno que, vanidoso, rezuma desde tus metáforas.








Ya no hay soles....

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